POSTMAN, Neil, La Advertencia Huxleyana, cap. 11
en “Divertirse hasta morir”. El discurso
público en la era del “show business”. Ediciones de la Tempestad. Barcelona,
1991, (pp.163-171).
Esta lectura me resultó bastante interesante
porque considero que Postman, (1991) hace una excelente narración de las
posturas de Orwell y Huxley; nos dice que mientras Orwell temía que surgieran
en las sociedades corrientes opresoras, autoritarias, dominantes que
prohibieran, en cortas palabras, la libertad en toda su expresión, Huxley temía
que no serían necesarias estas corrientes, porque no habría necesidad de ellas,
que el hombre sería pasivo ante los cambios de gobiernos y sobre todo ante la
revolución tecnológica. Me hizo preguntarme cómo estos dos personajes, de la
época de los 80’s tuvieron la capacidad para vislumbrar situaciones que en la
actualidad, Siglo XXl, estamos viviendo. Sólo basta mirar alrededor nuestro
para darnos cuenta cuánta razón tenía Huxley al temer que algún día “la gente
llegará a amar su opresión, y a adorar las tecnologías que anulen su capacidad
de pensar.
¿Será verdad que las tecnologías serán las
responsables de que las sociedades pierdan su identidad y peor aún su cultura?,
¿que los pueblos sean simples auditorios receptivos?, es difícil pensar que
esto llegue a pasar, pero…al ponerme a mirar el contexto en el que me
desenvuelvo y después de leer las diversas lecturas que me han proporcionado en
este módulo, me asusto, porque encuentro una sociedad cómoda, distraída y sobre
todo receptiva, que se ocupa de trivialidades. Pongamos por ejemplo un día
natural en la mayoría de los habitantes de esta gran ciudad de México:
levantarse temprano para cruzar un trecho de la ciudad para trabajar en algún
lugar, regresar por la tarde-noche a su hogar y sentarse frente a un televisor
para después dormir y al día siguiente… repetir lo mismo. ¿Acaso esta situación
no es una esclavitud? ¿Será entonces que la teoría Huxleyana se está
cumpliendo?
Como docente y al reflexionar sobre los alumnos
con los que interactúo, me doy cuenta con tristeza, que como nación, sería más
fácil combatir contra los pronósticos de Orwell que contra los de Huxley,
Considero que el sector educativo, debe aprender con rapidez a utilizar los medios de
comunicación como herramientas para educar, de lo contrario, éstos nos
dominarán de manera silenciosa. En la actualidad, me encuentro con jóvenes
entre 15 y 18 años, que jamás han visitado un museo y mucho menos una
biblioteca, que la mayoría no saben expresarse de manera correcta, su lenguaje
es pobre y hasta vulgar, que el gusto por la lectura es nulo y asisten a una
institución educativa sólo para obtener un documento oficial que certifique que
concluyeron sus estudios.
Todo aquel que se considere responsable de
educar, debería hacer conciencia que los medios tecnológicos provocan y forman
nuevas ideologías, entonces ¿no sería mejor unirse a ellos en lugar de
atacarlos?, ¿cómo sacarle provecho a todas estas oportunidades que brindan los
medios tecnológicos? Un ejemplo claro de cambios en nuestra cultura es el uso
del celular, ahora los jóvenes lo consideran parte de ellos, no conciben su
vida sin él, es su compañero inseparable, como docentes no podemos negarnos a
estas situaciones de cambios cognitivos, acaso no hemos visto ¿cómo han ido transformando el lenguaje
escrito? Como sociedad tenemos que aceptar que la tecnología ha evolucionado y
transformado el proceso histórico social.
Es indudable que el medio tecnológico que
penetró en todas las poblaciones, ricas, medias y pobres es la televisión, cuya
mejor utilidad es cuando entretiene, pero cuando se adjudica la tarea seria y
formal de transformar el discurso político, religioso, de ciencia, educación,
comercio y noticioso en un entretenimiento,
provoca un daño fuerte y severo en sus audiencias. No se debe temer al
televisor, se debe temer a no entender los riesgos que se tienen cuando no
sabemos ver lo que se proyecta en ella. Conforme avancé en esta lectura,
coincidí y soy partícipe de la idea de Postman (1991) cuando nos dice que los educadoresdebemos dejar de preocuparnos por cómo utilizar los
avances tecnológicos para controlar la educación, sino debemos tener presente
de cómo se puede utilizar la educación para controlar los medios tecnológicos.
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