miércoles, 12 de junio de 2013

El libro y los medios, crítica de la razón dualista



M en CyTE Lilia G. Torres Fernández (2010)

 

EN LA EDUCACIÓN DESDE LA COMUNICACIÓN

 

MARTIN BARBERO, Jesús. “El libro y los medios, crítica de la razón dualista” en la Educación desde la Comunicación, Editorial Norma, 2001. (pp. 45-77)

 

Esta lectura trata sobre el impacto que han tenido las nuevas tecnologías y sus usos sociales, además de la supuesta crisis existencial del libro.

 

Como maestra de las materias de lectura y redacción I-II y metodología de la investigación II, en el nivel medio superior, me resultó muy interesante la forma en que Martín Barbero aborda el tema de cómo los jóvenes se han dejado de interesar por los libros, y cómo los docentes, no hemos tenido la creatividad de enseñar a estos jóvenes, con todos los recursos que existen para cultivarse. 

 

Es una verdad abierta a todos, los jóvenes de hoy ya no escriben ni leen como lo hacíamos antes y como se pregunta el autor, ¿será la tecnología la culpable de esto? Según A. Renaud (1990), citado por Martín Barbero, “es toda la axiología de los lugares y las funciones de las prácticas culturales de memoria, de saber, de imaginario y creación la que hoy conoce una seria reestructuración” cuánta razón, pues ¿alguna generación ha sido hegemónica sobre otra, o se ha quedado enquistada eternamente? Pienso que jamás ha ocurrido esto, pero entonces ¿por qué se culpa ahora a la tecnología de que los jóvenes tienen diferentes formas de comunicarse tanto oral como escrita?, ¿acaso no es una transición natural, ante la aparición de los avances científicos y tecnológicos? 

 

No será que la escuela es la que no ha sabido cómo insertar estas herramientas, cómo al verse desplazada por estos medios, los ha satanizado e inclusive manifiesta que son los culpables de la situación económica, política, religiosa y sobre todo, que la educación se ve afectada por ellos. 

 

Me pregunto si sólo los jóvenes han cambiado el gusto de los libros por los medios audiovisuales, ¿no es más sencillo para cualquier persona, por ejemplo, ver un video tutorial para aprender algo, que leer las odiosas instrucciones e interpretar lo que en ellas se escribe? 

 

Con lecturas anteriores de este módulo, he reflexionado en que los docentes tenemos la obligación de cambiar las estrategias pedagógicas de enseñanza;  esta lectura, me ha dejado gratamente sorprendida, pues me ha quitado la preocupación y angustia del por qué los jóvenes de hoy no gustan de leer libros, a veces nos enfrascamos en la cerrazón de cumplir programas de estudio y se nos olvida pensar, crear y sobre todo tomar lo existente y actual para enseñar. Con esto no digo que abandonemos el hábito de la lectura, una buena historia, novela, conocimientos leídos en un libro, siempre serán reconfortantes, sólo que ahora, diré a mis alumnos que los medios también les pueden enseñar, que de ellos también pueden aprender, sólo hay que saber seleccionar y tomar conciencia de lo que se ve. 

 

Jamás me imaginé estar en la postura de defender a la televisión, durante años he pensado que es una pérdida de tiempo estar frente a ella, pero como nos dice Martín Barbero, nos guste o no “la televisión constituye hoy a la vez el más sofisticado dispositivo de moldeamiento y deformación de los gustos populares y una de las mediaciones históricas más expresiva de las matrices narrativas, gestuales y escenográficas del mundo cultural popular…” y para verla no se necesita asistir a la escuela para que te enseñen a usarla.

 

Cierto es que para ver la televisión no es necesario tomar cursos o prepararse especialmente para ello, pero sí es indispensable que la escuela eduque a sus estudiantes para verla. Las instituciones educativas deben entender que los procesos y métodos de lectura han cambiado, no se trata de sustituir uno por otro, sino considerar que existen otros medios y tienen que ser utilizados para un mejor proceso de enseñanza y aprendizaje. En la actualidad hay que tomar en cuenta, que ni los padres ni la escuela son únicos ejes rectores de la educación.

 

Ahora bien, no todo marcha sobre ruedas, pues como se señala en esta lectura, las políticas, por lo menos en Latinoamérica, continúan separando la cultura y comunicación del ámbito educativo. Es urgente que la escuela, desde primaria hasta universidad piense menos en los efectos ideológicos y morales de los medios, y se preocupe más en el entorno comunicativo; resulta fácil culpar a los medios como internet y televisión de la apatía de los jóvenes por el gusto de los libros, yo agregaría que por su aprendizaje en general, cuando en realidad, es la escuela la que no ha sabido motivar e interesar a estos jóvenes. 

 

Es necesario y con carácter de urgente, que la escuela en su proceso de enseñanza y aprendizaje incluya en sus planes y programas de estudio, el leer textos audiovisuales y los hipertextos, si desea estar vigente y tener éxito en que las nuevas generaciones lean, se necesita tomar conciencia que no son las nuevas tecnologías las culpables de la apatía y desinterés por adquirir conocimientos por parte de los estudiantes, se debe reflexionar que actualmente, no sólo existe el libro como único medio para leer y adquirir conocimientos, hay que considerar la diversidad y pluralidad de los recursos existentes.

 

Sería ideal que tanto las empresas televisoras y las autoridades reguladoras de la educación estén en constante comunicación para establecer una programación, y no por ello quitar la libertad de expresión a los medios, pero sí evitar aquellos programas que causan efectos negativos en los niños y jóvenes.

jueves, 6 de junio de 2013

Televisión abierta y audiencia en América Latina. Introducción




M en CyTE Lilia G. Torres Fernández (2010)

 

FUENZALIDA, Valerio. Introducción en “Televisión abieTelevisiónrta y audiencia en América Latina”.  (pp. 9-20). Grupo Editorial Norma (2002).

 

La introducción del libro Televisión abierta y audiencia en América Latina escrito por Valerio Fuenzalida en 2002, nos dice que expondrá algunas relaciones entre televisión abierta y audiencia en América Latina, y que se debe entender por televisión abierta no sólo a la televisión en general sino también a un tipo de empresa y recepción televisiva libre, diferente a la televisión por cable o satélite.

 

Asimismo, nos aclara que generalmente se habla de audiencia, cuando no existe en forma homogénea ni masiva, sino segmentada y diferenciada en varios grupos, y que esta información la percibe por su experiencia, conocimiento y reflexión sobre América Latina.

 

Manifiesta que realizó durante unos veinte años, estudios acerca de la audiencia televisiva, primero en el Centro Estratégico para la Calidad Académica (CENECA), en la empresa chilena CPU, en Organizaciones no Gubernamentales chilenas (ONGS)  y en el canal público del Estado Chileno. Además de esta experiencia, también incursionó y experimentó en producción de televisión, tanto en programas para televisión abierta como en programas didácticos para estudiantes. Estas actividades, le permitieron dialogar y discutir sobre políticas de comunicación sobre radio, cine, música popular y especialmente televisión, lo que originó su participación en la Reforma de Televisión Nacional (TVN) aprobada por el Congreso Nacional en 1992.

 

Señala que la investigación de las audiencias en televisión tiene tres grandes perspectivas de aproximación:

 

Proviene del interés sociopolítico en la relación sociedad y medios masivos de comunicación.

 

Proviene desde el interior de la industria televisiva, es decir en la comercialización de los canales.

 

Proviene del interior de la industria televisiva, es decir desde las gerencias de programación y producción, expresada en el rating.

 

En correlación con su experiencia, alude que un enfoque más completo y metódico de la relación entre televisión y audiencia debe comenzar mencionando los tres macroactores que la componen: audiencia-demandas; sociales-empresa y televisiva, que de éstos emanan leyes bajo las cuales deben regirse y que para televisión abierta (gubernamental) lo es en mayor medida.

 

Explica de manera superficial las tres leyes que se generan de estas relaciones:

 

Ley de la gratificación: con la cantidad de oferta televisiva, el actor-audiencia tiene la oportunidad de selección y sólo ve aquella programación que le motiva y gratifica desde el confort de su hogar.

 

Ley del deber ser: la programación televisiva generalmente causa conflictos, hay controversia entre la audiencia, por ejemplo, muchos declaran que ésta, debería preferir los programas de alta cultura en lugar de telenovelas. Estas críticas son más severas para un canal público pues como dice el autor, “los deberes que debería cumplir una programación televisiva y los programas que deberían emitir”.

 

Ley de la sustentación: implica poner en actuación varias capacidades y crearlas si no están disponibles y manifiesta varios ejemplos: capacidad productiva, de gestión, prospectiva, agilidad para adaptarse, de constituirse, de posicionarse y de contactar y de legitimarse socialmente.

 

Así que, el actor empresarial en la televisión, gira alrededor de las relaciones con la audiencia y con los actores sociales, no atender estas relaciones ha ocasionado graves conflictos, en especial a los canales gubernamentales de América Latina.

 

Ahora bien, la integración de estos actores sociales, con las leyes de actuación no es fácil para una empresa televisiva y mucho menos para las públicas.

 

Leer sólo la introducción de un libro, no aclara toda la problemática abordada en él, aunque grosso modo, me di cuenta de la complejidad de estructurar un programa televisivo y que dar gusto y satisfacción a toda la audiencia es más difícil aún. Por eso es importante que como docente indague sobre programas ofrecidos por la televisión, que puedan proporcionar un aprendizaje cultural y cognitivo a los alumnos.

 

El momento en que logre comprender lo anterior a plenitud, será el parteaguas que potenciará mi actividad docente con el apoyo de aquellos programas que se orienten a complementar o cubrir parcialmente lo que realice a nivel áulico. 

 

Aunque es difícil encontrar este tipo de programación, en efecto actualmente la televisión abierta ofrece, principalmente a través de los canales 11 y 22, alguna programación que puede ser de utilidad, aunque es más rica la programación de paga y para poder hacer uso de ella, se requiere que los alumnos la tengan en casa. Mientras tanto, al realizar una primera aproximación con la serie de programas relativos al tema de Juanito de Iztapalapa con uno de los grupos que atiendo, fue satisfactorio el resultado y considero que es posible realizar más acciones en este sentido.